El año de la guerra (IV)

Ejercitos en lucha

El conflicto sólo llevaba un mes, pero ‘Nuevo mundo’ ya se hacía eco de las operaciones militares en aquel 1914. En la página de la izquierda, se pueden ver imágenes del ejército inglés, mientras que la de derecha, del ejército alemán.

«Por sarcasmo sangriento, los pueblos más civilizados cometen las mayores atrocidades. La cultura de este momento se manifiesta en la perfección de las máquinas de guerra, para exterminarse más perfectamente. Viendo esta horrible página de la humana locura, los señores orangutanes de la selva virgen protestarán pode la teoría darwiniana. Ellos son voluptuosos, independientes, gustan del esplendor de la naturaleza. los hombres son estúpidos, sanguinarios, lo destruyen todo a su paso. Los orangutanes contemplativos son filósofos; los hombres se matan por falta de filosofía».

No, no se trata de un artículo motivado por la matanza israelí en Palestina, donde, gracias a su sofisticada tecnología armamentística, el ejército de Israel ha conseguido acabar con la vida de cerca de 500 niños, según datos de la nada sospechosa de yihadista Unicef. Tampoco estamos ante una reivindicación de las bondades del género animal, como con tanto acierto hace el blog El caballo de Nietzsche. Ni es una reflexión de alguna de aquellas pioneras en los estudios de los grandes simios, como Biruté M. F. Galdikas. No es otra cosa que un comentario urgente del poeta, novelista y periodista Emilio Carrere, al de un mes de comenzar la I Guerra Mundial en la revista Nuevo Mundo (en este seguimiento que venimos haciendo a la publicación), que ya había tomado partido por los aliados frente al imperialismo germano.

En aquel verano de 1914 ya se sabía que el mundo estaba ante su primera contienda mundial (basta sólo con echar un vistazo a la ilustración que acompaña el texto del autor de «La torre de los siete jorobados», novela que reeditó en 1998 la editorial Valdemar, sello de referencia en la literatura fantástica y de terror, y que llevaría al cine Edgar Neville, una de las figuras artísticas del XX español, infravalorado y olvidado, como Carrere, por su adscripción al régimen franquista) y, con las comunicaciones de entonces, se entendía el conflicto con una claridad de criterio que sorprende en este 2014, cuando los análisis son más difusos, aunque no falten las alarmas ante el nuevo desorden mundial, como señala con tino José Ignacio Torreblanca, e incluso el papa Francisco I habla de tercera guerra mundial.

Artículo de Emilio Carrere en Nuevo Mundo en agosto de 1914.

.Artículo de Emilio Carrere en Nuevo Mundo en agosto de 1914.

Por lo demás, las vacaciones llegaban a su fin y Nuevo Mundo se hacía eco del veraneo de las élites (como ahora las revistas de papel couché y las páginas estivales de los autodenominados periódicos serios). Como se ve, en cuestión de bañadores, la moda de entonces era más discreta que la que se ha visto este verano por Marbella.

Mientras tanto, en España, el veraneo de las élites transcurría plácidamente.

Mientras tanto, en España, el veraneo de las élites transcurría plácidamente.

Y la publicidad de la revista se centraba en los nuevos relojes para comenzar el curso con puntualidad. Cien años después, el fetichismo de este objeto que se anuda a la muñeca no ha perdido ni un ápice de presencia. Que se lo pregunten a los de Apple.

Relojes

 

 

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