Benita no pegó ojo esa noche, mientras Josemari dormía como un bendito. “Está reventado el pobre, este hombre acostumbrado al trabajo rutinario de un comercial, de repente, de la noche a la mañana, a vivir bajo bombas, curando heridos y…
Cuando se abrió la puerta, aquella noche del 2 de junio de 1937, a Benita le dio un vuelco al corazón: estaba sola en la cocina, después de haber acostado a la pequeña Mariví; sus padres (que habían bajado de…